

Jorge Macri tiró la bombita en un encuentro con militantes del PRO en la Ciudad de Buenos Aires: “Guarda que se viene Mauricio candidato”. Y dejó abierta la posibilidad de que compita en Ciudad de Buenos Aires o Provincia de Buenos Aires.
De fondo está el desafío de supervivencia del PRO. Después de los buenos resultados en el 2015, 2017 y 2021, el 2023 significó un derrumbe inesperado. No pudo ganar la presidencia, quedó muy lejos en la Provincia de Buenos Aires y encima los libertarios empezaron a carcomerle su electorado.
Los sondeos nacionales no le dan bien al partido amarillo. En ninguna encuesta alcanza los dos dígitos y La Libertad Avanza domina ampliamente la intención de voto de la centro-derecha.
De todas formas, hay que ver hasta qué punto Javier Milei puede impregnar su sello en cada una de las elecciones provinciales, sobre todo si sus candidatos locales son desconocidos o tienen manchas del pasado.
El PRO siente que todavía puede tener peso propio en la Provincia de Buenos Aires y desde luego la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cuánto sacaría Mauricio Macri si se presenta en territorio bonaerense? Claramente no ganaría pero su postulación erosionaría un potencial triunfo libertario. Ese poder de fuego no es menor.
Si prospera la idea de un “acuerdo” y ambos espacios van en una misma lista, el PRO tratará de no perder demasiado peso en el Congreso y en las legislaturas, donde defenderá las bancas ganadas en el 2021. Difícilmente conserve ese caudal pero al menos buscará no quedar como un actor de reparto en la escena parlamentaria.
También el PRO tendrá el desafío de tapar la sangría de intendentes que fue perdiendo desde el 2019 en la Provincia de Buenos Aires. A muchos los perdió por los votos: Néstor Grindetti, Julio Garro, Héctor Gay, Ramiro Tagliaferro o Martiniano Molina. Y otros, como Diego Valenzuela, ya juegan en las filas de Javier Milei.
¿Qué intendentes le quedan de peso? Guillermo Montenegro es uno de ellos y ha jugado con bastante cautela política en el 2024, sin dañar susceptibilidades, tendiendo puentes. Su delfín legislativo es Alejandro Rabinovich, que viene de presidir el bloque de senadores del PRO y ahora asumió como vicepresidente segundo de la Cámara Alta.
Soledad Martínez, de Vicente López, es una de las mimadas de Mauricio Macri, y logró sostener el predominio amarillo en el municipio gobernado por Jorge Macri. El PRO anda de capa caída en el Conurbano. A Vicente López, solo se le suman San Isidro y Campana.
El caso de San Isidro es interesante. Allí Ramón Lanús logró terminar con el reinado de Gustavo Posse pero tiene poco peso propio en el Concejo Deliberante. Todo lo contrario al escenario de Soledad Martínez, que hereda una larga construcción. Los libertarios creen que son dos municipios ganables en el 2027.
Pensando en esa elección, la Boleta Única aprobada para los cargos nacionales puede traer cierto alivio para los intendentes del PRO. Y es que si en la Provincia de Buenos Aires se sigue votando con la boleta tradicional, entonces la elección quedará “desdoblada” de hecho, incluso cuando se vote el mismo día.
Dicho de otra forma: si conviven los dos esquemas de votación, Javier Milei no podrá arrastrar a sus candidatos locales en la misma lista. Sería una buena protección para los mandatarios locales si el PRO desbarranca a nivel nacional.