Tras la apertura de sesiones de Axel Kicillof, también lo hicieron Mayra Mendoza en Quilmes y Jorge Ferraresi en Avellaneda, dos intendentes que en a lo largo del 2024 no disimularon las diferencias al interior del peronismo.
Sin embargo, la puja interna quedó de lado por un momento. La mandamás de La Cámpora apuntó contra Javier Milei en su discurso y coincidió con Kicillof en que la Provincia de Buenos Aires es la más castigada por la gestión nacional.
Habló de una Provincia con cada vez menos presupuesto para resolver desafíos en seguridad, salud y educación por culpa de Milei. Luego dijo que acompaña al gobierno bonaerense en su reclamo por la coparticipación. No hubo pedidos ni quejas a la Provincia.
Eso sí: citó responsablemente a Cristina Kirchner, Néstor Kirchner y Máximo Kirchner en el comienzo del discurso. “Cristina es presente y futuro”, fue, tal vez, el único pasaje donde soltó la contienda interna.
Nelson Sombra, el intendente camporista de Azul, abrió las sesiones ordinarias en su distrito con un discurso bien cristiano. Habló de la crueldad, el desprecio y la descalificación que tiñen a distintos líderes mundiales, se quejó de la deshumanización, lamentó que se pregone el consumismo, el individualismo y la avaricia, y citó extensamente al Papa Francisco.
Este lunes será el turno del intendente camporista de Lanús, Julián Álvarez, otro de los mandatarios que en el 2024 no ocultaron sus diferencias con Axel Kicillof. Incluso había hecho un reclamo público por la poca inversión que recibía su municipio de parte de la Provincia.
Ferraresi, alineado con Kicillof, abrió en Avellaneda con un perfil parecido al de Mayra Mendoza: dardos a Javier Milei y descripción de la situación local. No hizo referencias a la situación del peronismo. Relativizó el éxito de la desinflación, se acordó del escándalo cripto y apuntó contra Luis Caputo por el acuerdo con el FMI. En eso, Ferraresi y Mayra unidos y un solo corazón.
Quizás desde ese lugar se pueda cimentar un cierto entendimiento al interior del peronismo: si la deriva de Milei es percibida como cada vez más “extrema”, será simultáneamente más difícil de justificar la continuidad de una grieta interna.
