El jueves pasado, personal de la Comisaría 3° de la Policía Bonaerense detuvo en la zona de Los Hornos, jurisdicción de La Plata, a una joven de 19 años. Trabajaba como empleada doméstica, en negro, en una casa a 30 cuadras de la suya, para una mujer de 24 que la había denunciado por una serie de robos.

Sucede que la denunciante, ante la duda, instaló una cámara oculta en una habitación, al notar que faltaban varios elementos. El vínculo entre ambas era, al menos, de confianza: la ahora detenida también se dedicaba a cuidar al hijo menor de su empleadora.
De esta manera, la joven identificada como L.A. fue filmada en un video que ilustra esta nota, mientras metía varios objetos en un bolso, con cierto afán.
A raíz de las pruebas en su contra, el fiscal Álvaro Garganta pidió el allanamiento a la casa de la acusada. Entonces, la Policía Bonaerense derribó la puerta de la acusada con un ariete y la encontraron allí.
En una riñonera hallada en la vivienda, que fue abierta en pleno operativo, los policías encontraron tres tarjetas de crédito y débito. Una estaba a nombre de la sospechosa; las otras dos, a nombre de la pareja de la víctima. Así, arrestaron a la doméstica, para luego llevarla a una celda de la Comisaría 3°, a la espera de su indagatoria.
Los videos de la cámara oculta son una evidencia clave en el expediente; en uno de ellos, por ejemplo, puede verse a la acusada con un reloj en sus manos, que la víctima reconoció como propio.
La denunciante también aportó constancias bancarias y capturas de pantalla. Muestran una serie de débitos bancarios en la cuenta de la víctima y su pareja, más de diez débitos de billeteras digitales, que fueron anulados rápidamente. El monto, según la denuncia, subió a 1,5 millones de pesos.
Los detectives descubrieron que, además, la doméstica se inscribió a Netflix con el costo de 12 dólares mensuales, con la tarjeta de la denunciante.