Javier Milei había cerrado el 2024 con buenos números de imagen positiva. Así lo reflejaba el interesante índice de confianza del consumidor que elabora mensualmente la Universidad Di Tella: había repuntado fuertemente en octubre, noviembre, diciembre y enero tras un fallido septiembre signado por el debate sobre las jubilaciones y universidades.
En febrero, sin embargo, el índice de confianza del consumidor bajó y lo mismo ocurrió en marzo de forma más pronunciada.
El giro negativo para el Gobierno comenzó posiblemente con la discusión sobre el dólar “barato” o “atrasado”. Milei y Luis Caputo se empantanaron en ese debate que ocupó el centro de la escena durante varios días y que se alimentaba de las imágenes de argentinos veraneando en Brasil.
Casi inmediatamente ocurrió el escándalo con Libra y después la interrupción de Santiago Caputo en la entrevista del Presidente con Jonathan Viale.
Desde enero el mercado tampoco ayuda: las acciones argentinas ya no pueden sostener el ritmo positivo del año anterior, el Riesgo País remonta y al Banco Central le cuesta cada vez más acumular reservas.
Dentro del mundo libertario se entusiasmaban con que el 2025 sea similar al 2017 de Mauricio Macri: inflación a la baja, economía en recuperación, “dólar tranqui” y un claro triunfo electoral a nivel nacional.
Podríamos decir que las primeras dos afirmaciones tienen chances de repetirse. Evidentemente la inflación de este año será bastante inferior a la del 2023 y 2024, aunque tal vez no tan baja como espera el Gobierno, según su propio proyecto de Presupuesto. Tal vez esté más cerca del 30 que del 20%.
Respecto a la recuperación económica, no hay dudas de que este año la actividad crecerá tras la recesión del 2023 y 2024. Se estima que el piso de ese rebote será del 3% aunque con bastante heterogeneidad: construcción, industria y comercio perdieron mucho terreno el año pasado.
El “dólar tranqui” del 2017 no está tan claro que se repita. Sobra la incertidumbre sobre el acuerdo con el FMI y la salida del cepo. Dudas de montos y de fechas. Milei comenzó su gobierno con 21.000 millones de dólares brutos en el Banco Central. Un número sumamente delicado. El 7 de enero del 2025, un año después, se alcanzaron los 33.000 millones. Ayudó mucho el blanqueo en el cierre del 2024. Pero desde allí comenzó a revertirse la tendencia: las reservas ahora son de 27.000 millones de dólares. A mitad de camino de los dos picos.
También parece nublarse la idea de un triunfo claro de Milei en las urnas. El propio Sergio Massa les pidió a los suyos salir del derrotismo. Cambiemos tenía en el 2017 candidatos provinciales fuertes. O al menos conocidos. La Libertad Avanza no cuenta con figuras taquilleras en el interior y puede repetirse el esquema del 2023: votantes que simpatizan con Milei pero que en sus distritos prefieren opciones del radicalismo o el peronismo. Maximiliano Pullaro y Javier Milei compartieron votantes, por ejemplo.
Pero entre tanta incertidumbre, el Gobierno sabe que el 31 de marzo podrá inflar un poco el pecho. El INDEC publicará el dato de pobreza del segundo semestre del 2024.
La pobreza había sido del 41,7% en el segundo semestre del 2023, luego subió al 52,9% en el primer semestre del 2024, y se espera que el inminente informe del INDEC la ubique en el 37%. Podrá anotarse un poroto por la tendencia decreciente aunque todavía sean números altísimos.
