
Una jubilada de 78 años vivió una verdadera pesadilla en su casa de Olmos.
Todo sucedió en la zona de 221 entre 44 y 45. Se trató de un golpe quirúrgico, sin causar desorden.
Por tal motivo, los investigadores creen que los ladrones contaban con información privilegiada sobre la existencia de ese dinero y su ubicación exacta. El entorno familiar de la víctima quedó bajo sospecha.
La mujer recién tomó conciencia cuando notó que una puerta secundaria se encontraba forzada: corrió hasta el escondite de su dinero pero estaba vacío. Huyeron con 15 mil dólares.
No hubo testigos, ningún vecino notó movimientos raros y encima la zona carece de cámaras de seguridad. La única posibilidad de encontrar alguna pista depende ahora de una cámara ubicada en calle 44.
Los delincuentes no se llevaron electrodomésticos ni objetos de valor visibles, solo el dinero en efectivo.
De esta manera, los detectives analizan minuciosamente el entorno de la víctima en busca de pistas que puedan señalar a un posible cómplice.
También se investiga si en los días previos al robo alguien mostró un interés inusual por su rutina o si recibió visitas inesperadas.