Un brutal robo tuvo lugar en una vivienda de 26 entre 47 y 48. Tuvo como víctimas a una jubilada de 85 años y a su hija de 49.
Todo comenzó alrededor de las 02.50 de la madrugada. Ambas se despertaron al escuchar ruidos en el techo. De pronto escucharon un golpe seco en el patio. Eran los delincuentes.
Actuaron cuatro hombres vestidos de negro, con los rostros cubiertos y armados.
Uno de ellos, con un cuchillo, se abalanzó sobre la jubilada, le tapó la boca y la tomó del cuello. Otro sujetaba una tijera.
En medio del infierno, los sujetos exigían con desesperación el dinero. Revolvieron todos los rincones y cajones.
Finalmente hallaron 1.600 dólares y varias joyas de oro. Por si no fuera suficiente, las ataron de pies y manos con bolsas de nylon para poder emprender una huida más tranquila. El asalto, según se informó, duró casi tres horas.