En una tarde tranquila dentro de la casa de Gran Hermano, Katia Fenocchio, más conocida como La Tana, sorprendió al dejar su humor habitual para compartir una historia profunda: fue mamá a los 17 años y su hija, Zaira, está por cumplir 16.
“Yo a los 16 ya estaba embarazada”, dijo con naturalidad. A esa edad, muchas adolescentes piensan en el colegio o las salidas, pero Katia ya estaba formando una familia, tal como lo había anticipado a los 12 años. Aunque nadie le creyó, ella lo tenía decidido.
Lejos de la contención que esperaba, recibió rechazo. Su prima le dejó de hablar durante años y su papá le pidió que no tuviera a su hija. Sin embargo, luego aceptó la situación y enfrentó al novio de Katia con una frase contundente: “Vas a tener que sacar una familia adelante como sea”.
La historia, contada sin lágrimas pero con mucha fuerza, dejó ver la resiliencia de Katia. Nacida en La Matanza, crió a su hija entre obstáculos, pero también con convicción. “Ella tiene otra crianza”, aseguró, dejando entrever el cambio que quiso generar para su hija.
Con ese relato, Katia se despojó del personaje para mostrar quién es realmente. “Yo soy loquita, pero mi viejo diez veces más”, dijo entre risas, dejando en claro que su carácter viene de familia, y que su historia también la define.
