

Alguna vez Eduardo Duhalde dio una recomendación política que siempre me pareció interesante: es mejor enfocarse en resolver uno o dos problemas que tratar de ocuparse de todos los asuntos simultáneamente.
También se podría simbolizar en el refrán "quien mucho abarca, poco aprieta". Los últimos gobiernos no lograron hacer muchos goles. En realidad, casi ninguno.
Javier Milei pareció entender esa dinámica de la que hablaba Duhalde y puso el foco en algunas pautas básicas del orden macroeconómico. En criollo: no gastar más de lo que se recauda. Ese ABC le permitió bajar la inflación. Hay un gol ahí.
En la Expo EFI, Milei fue un poco más allá y prometió que a mediados del 2026 no existirá directamente la inflación. Esto sería así porque se cumplen los 24 meses de rezago del congelamiento de la base monetaria, que desembocaría en inflación cero. Veremos.
En marzo se habían encendido algunas alarmas por el dato de inflación. El propio Presidente había reconocido que fue un mes malo. Ahora le echó la culpa a Martin Guzmán por esa merma. Cree que todas las dudas se generaron a partir de que el acuerdo con el FMI tenga que pasar por el Congreso, dónde habitan los "degenerados fiscales". Esa incertidumbre, según Milei, fue la semilla del problema de marzo.
Lo cierto es que Milei podrá volver a sonreír dentro de un par de semanas cuando se conozca el dato de inflación de abril. Fausto Spotorno sorprendió al mencionar que su relevamiento le daba 2,5%. Otras consultoras lo ubican más cerca del 3%, pero en cualquier caso grafica que la salida del cepo no fue traumática por el momento.
Duhalde no dio mucho indicio de qué debe hacer el gobernante cuando esas dos o tres prioridades se cumplen parcialmente. ¿Cómo seguir?
Carlos Menem logró salir de la hiperinflación y estabilizar la moneda. Pero lentamente esas conquistas fueron languideciendo conforme la desocupación superaba cómodamente el 15%. Un gol en contra muy duro, que por ahora Milei no ha sufrido en las principales variables económicas.