El "Lobo" se quedó sin entrenador anoche tras la eliminación en Copa Argentina y por consiguiente ahora quienes tendrán un arduo trabajo por delante son los dirigentes, en medio además de un año electoral. Con la salida entonces del cuestionado Diego Flores, la comitiva que encabeza Mariano Cowen deberá encontrar durante el receso futbolístico al mejor reemplazante posible del "Traductor", sabiendo también que en caso de no conseguir resultados rápidos el equipo podría quedar apremiado con la permanencia. ¿Qué piensa la conducción y cuáles son las dificultades a afrontar?
En primer lugar, lo único positivo dentro de todo lo malo que ha ocurrido es que la dirigencia tendrá cierto margen para elegir al reemplazante de Flores, ya que Gimnasia no volverá a competir hasta principios de julio, cuando se juegue el segundo campeonato del año. Es decir, hoy el "Lobo" está a dos meses de retomar la actividad, dado que el Clausura 2025 está previsto que inicie el 13 de ese mes, una vez que finalice el Mundial de Clubes. De todos modos, la resolución deberá tomarse antes del comienzo de la pretemporada, que en principio se había fijado para la última semana de mayo.
En consecuencia, la comitiva contará con cerca de dos semanas de plazo máximo para resolver esta cuestión, aunque la premisa será definirlo con algunos días de antelación para poder ajustar todos los detalles. Fundamentalmente también porque entre medio iniciará el mercado de pases, que de todos modos se extenderá hasta las primeras fechas del campeonato venidero, y allí para no tener complicaciones con la permanencia se buscará renovar el plantel y realizar algunas incorporaciones que puedan darle un salto de calidad a este plantel.
En ese sentido, desde el aspecto económico, la prioridad que tiene hoy esta dirigencia es primero resolver en términos contractuales la salida de Flores, dado que su vínculo se cortó de manera anticipada. Y la segunda cuestión que tiene en la cabeza este grupo es que deberá contratar a un nuevo entrenador, sabiendo que las opciones podrían reducirse por tratarse de un año electoral, con todo lo que ello implica. Es que como ya le ocurrió a esta comitiva, una eventual derrota en las elecciones (aún no está claro qué sucederá con el oficialismo) podría condicionar la continuidad del entrenador de turno, tal como les sucedió con Néstor Gorosito, heredado de la gestión Pellegrino.
Por lo tanto, probablemente dentro de la misma línea de austeridad que ha adoptado esta dirigencia en búsqueda de un saneamiento, en ese marco tendrán que resolver la salida de Flores primero y contratar a su reemplazante después, con la posibilidad incluso de establecer alguna cláusula específica si que el oficialismo no es reelecto y la posible comisión sucesora opta por otro camino. Y para colmo, bajo esa pauta también, se deberán escoger los eventuales refuerzos, en una decisión que tiene su importancia además para intentar elevar la vara del plantel.