Esta semana el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció que a partir del próximo 9 de junio tendrán prohibida la entrada al país los ciudadanos de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.
Asimismo, indicó que se aumentarán las restricciones para que puedan ingresar al país los ciudadanos de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
Se informó que la medida se fundamenta mediante la Orden Ejecutiva 14161, que fue emitida el pasado 20 de enero bajo el título “Protegiendo a Estados Unidos de Terroristas Extranjeros y Otras Amenazas a la Seguridad Nacional y Pública”.
Fue por medio de un comunicado, que la Casa Blanca comentó: “Restauraremos la prohibición de viaje, algunos la llaman la prohibición de viaje de Trump, y mantendremos fuera de nuestro país a los terroristas islámicos radicales, como lo ratificó la Corte Suprema”.
Mientras tanto, el mismo Trump comentó: “El reciente ataque terrorista en Boulder (Colorado) ha subrayado los peligros extremos que supone para nuestro país la entrada de extranjeros que no son debidamente investigados”.
Durante su primer gobierno, en el año 2017, el funcionario había emitido una orden ejecutiva que prohibía viajar al país a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, siendo estos Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen.
Incluso, se detalló que la Proclamación contempla excepciones para residentes legales permanentes, titulares de visados vigentes, ciertas categorías de visados y personas cuya entrada responda a intereses nacionales de los Estados Unidos.
Así es como la actual administración norteamericana sostiene que la protección de la población nacional requiere una serie de medidas que impidan el ingreso de personas que puedan representar una amenaza.
