
Con su estilo inconfundible, Wes Anderson regresa a la pantalla con su duodécimo largometraje: una comedia de suspenso ambientada en los años ’50 en un país imaginario llamado Phoenicia. La historia sigue a un magnate de los armamentos y la aviación (Benicio del Toro) que, tras un nuevo intento de asesinato, decide dejarle toda su fortuna a su única hija, una novicia interpretada por Mia Threapleton.
La película combina elementos de aventura, sátira política y drama familiar, en un relato que incluye viajes en avión sobre los Balcanes, partidos de básquet bajo tierra, un príncipe del desierto y apariciones celestiales. Entre los cameos se destacan Scarlett Johansson, Benedict Cumberbatch, Willem Dafoe y Bill Murray.
Como es habitual en Anderson, cada encuadre parece una ilustración animada. El diseño de producción abusa —deliberadamente— de los colores estridentes y la simetría, en una paleta visual que refuerza el universo excéntrico del director de Asteroid City y Los excéntricos Tenenbaums.
Aunque no todos los gags funcionan con igual eficacia, "El esquema fenicio" mantiene la capacidad de sorpresa, con diálogos afilados y escenas que rozan lo absurdo. La dinámica entre padres e hijos, eje emocional de muchas de sus películas, vuelve a estar presente con varios giros inesperados.
En definitiva, Anderson celebra sus doce películas con una historia que no busca complacer a todos, pero que ratifica su identidad cinematográfica: única, deliberadamente artificial y profundamente autoral.