Donald Trump volvió a tensionar el debate sobre inmigración al vincular directamente los disturbios en Los Ángeles con lo que llamó una "invasión de inmigrantes". A través de su cuenta en Truth Social, Trump aseguró que las protestas registradas en la ciudad en los últimos días “fortalecen” su decisión de avanzar con deportaciones masivas.
"Estos disturbios sin ley sólo fortalecen nuestra determinación", escribió Trump, y añadió que había dado instrucciones a su gabinete para "tomar todas las medidas necesarias para liberar a Los Ángeles de la invasión de inmigrantes y poner fin a estos disturbios".
Sus declaraciones se produjeron luego de tres días consecutivos de manifestaciones en la ciudad californiana, en respuesta a siete redadas realizadas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) el viernes pasado. Las medidas generaron un fuerte rechazo social y movilizaciones en distintos puntos de la ciudad.
El domingo, la Casa Blanca ordenó el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional en el centro de Los Ángeles, especialmente frente al edificio federal. La medida se tomó amparándose en una disposición federal excepcional, que por primera vez en seis décadas omitió la participación del gobernador de California, Gavin Newsom, en el proceso.
La decisión generó una inmediata reacción por parte del gobernador y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, quienes instaron a la ciudadanía a mantener la protesta en términos pacíficos. "No le den a Trump lo que quiere", expresó Newsom en sus redes sociales.
Sin embargo, las tensiones aumentaron durante la jornada del domingo el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) declaró como "asamblea ilegal" una de las manifestaciones, lo que derivó en enfrentamientos con los manifestantes.
Mientras desde la administración Trump se insiste en endurecer las políticas migratorias, la situación en Los Ángeles se vuelve cada vez más delicada, con una creciente militarización y una comunidad movilizada en defensa de los derechos de los inmigrantes.
