A partir del 1° de julio, los supermercados y comercios de alimentos dejarán de aplicar la percepción del IVA en operaciones dirigidas a consumidores finales por montos inferiores a $10 millones. Así lo establece la Resolución General 5710/2025 publicada por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) en el Boletín Oficial.
Con esta decisión, el Gobierno busca simplificar trámites fiscales, evitar conflictos con clientes en los puntos de venta y beneficiar a los pequeños negocios y consumidores habituales, que quedarán exentos de pagar un adicional en concepto de percepción.
La resolución introduce un criterio claro: toda compra de menos de $10 millones se presume como destinada a un consumidor final, salvo que se indique lo contrario.
En estos casos, los compradores deberán manifestar expresamente su condición de consumidores finales al aceptar el comprobante o factura emitido bajo las normas del organismo.
Esta medida forma parte de un plan más amplio del Ejecutivo para facilitar la circulación de dinero no bancarizado, conocido informalmente como “dólares del colchón”, y dinamizar la actividad comercial cotidiana en sectores como el alimenticio, donde el uso de efectivo sigue siendo muy frecuente.
