
La tensión por los enfrentamientos bélicos entre Israel e Irán sigue aumentando y alertando a miles de familias que residen en los territorios de ambos países y zonas aledañas. Según informaron recientemente, el conflicto lleva cobrándose unas 240 vidas entre los daños provocados a ciudadanos israelíes e iraníes.
Tras la ofensiva inicial de las Fuerzas de Defensa israelíes, bautizada como "León naciente", que el ejercito de Israel calificó de "preventiva" y "precisa", fueron asesinados al menos tres cargos militares jerárquicos y nueve científicos que participaban del desarrollo del programa nuclear de Teherán. Además hubo 220 fallecidos en Irán y otros 23 en Israel. Otras 90 sufrieron heridas.
Recientemente, Israel atacó una de las principales plantas de enriquecimiento de uranio en Natanz provocando contaminación tanto radiológica como química en el interior del predio. La infraestructura eléctrica, que incluía una subestación eléctrica, un edificio principal de suministro de energía, así como el suministro de emergencia y generadores de respaldo, fue destruida por los bombardeos, según indicaron autoridades de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
En este contexto, varios mandatarios de todo el mundo advirtieron por las consecuencias de que escale el conflicto; sin embargo, Irán anticipó que no negociará un alto el fuego mientras continúen los ataques de Israel.