La crisis por el fentanilo contaminado sigue sumando víctimas en el país. Esta semana se conoció la historia de Renato Nicolini, un joven de 18 años oriundo de Chascomús, que murió tras recibir un medicamento infectado mientras estaba internado en el Hospital Italiano de La Plata. Su caso se suma a las 52 muertes registradas a nivel nacional, 15 de ellas en ese centro de salud platense.
Renato había sufrido un grave accidente en moto el pasado 25 de abril, cerca del cruce entre las rutas 2 y 20. Fue trasladado de urgencia al hospital de calle 51 entre 29 y 30, donde permaneció más de dos meses internado en terapia intensiva por múltiples traumatismos, principalmente en la cabeza.
Según relató su madre, Soledad, durante la internación comenzó a presentar cuadros de fiebre, y el 29 de abril le informaron que tenía neumonía y meningitis. “Esos síntomas no tenían relación con su cuadro inicial”, expresó en declaraciones a Clarín.
Finalmente, el 4 de mayo le diagnosticaron muerte cerebral. Como Renato era donante de órganos, su familia autorizó el procedimiento y sus órganos fueron derivados al Cucaiba.
Recién semanas después, la familia se enteró que Renato habría recibido fentanilo contaminado, el potente analgésico que generó una ola de muertes por infección. “La dirección del hospital nunca se comunicó con nosotros para informarnos que Renato murió por un medicamento infectado. Tampoco para tener un gesto de humanidad”, denunció Soledad. “Nos dijeron que se hubiese muerto igual por la gravedad del cuadro. Eso es incomprobable”.
Renato era un joven trabajador, deportista y apasionado por las motos. Practicaba kickboxing, vivía solo y había comenzado a especializarse en cerraduras electrónicas de autos, trabajando junto a su padre en una cerrajería familiar. “Era un chico simple, amiguero. Estoy dispuesta a cualquier sacrificio para honrar su memoria”, expresó su madre.
La causa judicial por el uso de fentanilo contaminado sigue su curso. Mientras tanto, las familias de las víctimas comienzan a salir del anonimato para contar sus historias y reclamar justicia.