Un partido de fútbol entre dos equipos de niños de entre 12 y 13 años fue escenario de un hecho de violencia por discusiones sobre la fiscalización del juego. La Liga I de LISFI recibió a 12 de Septiembre en el barrio Jardín de Villa Elvira y el desenlace de la competencia terminó siendo insólito.
La jornada se desarrollaba en un predio ubicado en diagonal 690 entre 120 bis y 121 entre la categoría 2013 y bajo dirección del árbitro Cristian Brown. Según relataron testigos del episodio, todo marchaba con tranquilidad hasta que, a causa de una decisión del colegiado, el Director Técnico del club visitante le realizó un reclamo subido de tono que, pronto, escaló a circunstancias de mayor agresión.
Al finalizar el partido, el árbitro recibió dos puñetazos por parte del DT que discrepó con él y se desató un momento de máxima tensión en frente a los menores.
A raíz del hecho, el partido finalmente se suspendió y el agresor podría recibir una dura sanción por su comportamiento.