
Santiago “Tato” Algorta, el uruguayo que se consagró como el gran ganador de Gran Hermano 2025, habló por primera vez en profundidad tras salir de la casa y sorprendió con sus planes para el millonario premio.
En diálogo con Moskita de Medianoche, dejó en claro que su prioridad no son los lujos ni los caprichos materiales. “No me interesan los lujos y cosas. Prefiero invertir en armar un estudio de streaming que en vacaciones o comprar un auto. Quiero construir algo mío”, aseguró con firmeza.
Tato también contó cómo vive este nuevo presente tras haber sido elegido por la gente: “Fue hermoso lo que pasó, gané y ahora tengo que pensar en lo que viene. Eso me genera ansiedad: estar a la altura, seguir enganchando al público, seguir visibilizado. Mi cabeza está en eso, en el vínculo con la gente. Pero trato de no perderme pensando tanto en el futuro y mantenerme en el presente”.
Con respecto a sus aspiraciones laborales, fue directo: “No tengo idea qué oportunidades van a surgir, no quiero cerrarme a nada hoy. Pero si me preguntan qué quiero: debatir, discutir, charlar, conducir… apunto a lo más alto”.
El exhermanito también se tomó un momento para hablar sobre lo que le dejó la experiencia dentro del reality, especialmente en lo emocional y humano. Valoró las amistades que forjó y no esquivó el tema de Luciana, con quien compartió una fuerte conexión: “Yo sí tuve un proceso de abrir mucho la cabeza. Todo lo analizo, todo lo evalúo. De chico tenía la cabeza muy cerrada, pero cambié mucho después de una pareja que me invitó a cuestionar los prejuicios. Luci es lo más lindo que hay, la adoro. Me enriqueció mucho su afecto”.
Para cerrar, Tato dejó un mensaje que tocó fibras sensibles en quienes lo siguieron durante todo el programa: “Salir de la zona de confort es lo más importante. Muchas veces no nos animamos por miedo a decepcionar a la familia o por seguir mandatos. Si yo hubiera hecho eso, capaz estaría frustrado en mi casa y me habría perdido de todo esto”.
Y concluyó con una reflexión que muchos no tardaron en compartir: “Yo tenía muy el chip de trabajar para sobrevivir, una idea muy conservadora. Sé que el país no está fácil, pero hay que preguntarse si uno no puede cambiar su vida. Tomar pequeñas decisiones que te acerquen a quien querés ser. Hay que animarse a dar ese salto. La vida te puede sorprender”.