
El consumo de carne vacuna en Argentina continúa en caída y, pese a una leve mejora, se mantiene en niveles históricamente bajos. Así lo confirmó el productor y consultor ganadero Víctor Tonelli, quien detalló que el primer semestre de 2025 cerró con un promedio de 49 kilos por habitante por año, frente a los 44 del año pasado.
“Seguimos muy lejos de los 82 kilos que se consumían hace seis décadas”, explicó Tonelli en diálogo con Radio Rivadavia AM 630. Según indicó, el cambio responde a una transformación profunda: “Hoy se consume más carne en total, pero menos carne vacuna. Entre pollo y cerdo pasamos de 12 a 65 kilos por habitante por año. Eso explica el desplazamiento del vacuno, que además es más caro y menos eficiente de producir”.
Consultado sobre versiones que indican que carnicerías locales estarían vendiendo carne brasileña, Tonelli fue tajante: “Eso es mentira. No entra un solo kilo de carne con hueso desde Brasil”. Lo que sí se importa, aclaró, es bondiola de cerdo brasileña, que históricamente fue más barata.
Sobre el plano internacional, sostuvo que las exportaciones están en proceso de recuperación, luego de fuertes restricciones: “Hasta hace un año y medio estaban casi prohibidas. En ese contexto, Paraguay y Brasil aprovecharon para ganar mercado”.
Por último, minimizó el impacto de la carne importada: “Aunque se diga que se cuadruplicaron las importaciones de carne vacuna, eso representa apenas el 0,05% del consumo interno. No tiene ningún impacto real”, concluyó. Para Tonelli, el descenso en el consumo de carne vacuna responde a cambios estructurales y culturales, más que a modas o influencias externas. Una señal de época en un país donde el asado ya no ocupa el mismo lugar de siempre.