Durante los últimos años, la escena se repite: festejos de cumpleaños de los perros familiares con torta, globos y fotos en redes sociales, considerándolos parte de la familia de tal modo, que forman parte de la familia.
Este fenómeno es conocido popularmente como “Perrhijos” involucrando un vínculo central en los proyectos de vida.
Las personas eligen criar o cuidar animales con un nivel emocional y económico similar al de la paterniad-maternidad.
Llamarlo hijos consolida una forma de vínculo emocional intenso, que incluye roles, rutinas y afectos asociados a la crianza de los niños.
En gran parte de los países, la tasa de natalidad está en descenso, y es un fenómeno multicausal. Criar un hijo implica un costo económico a largo plazo, y se ve una alternativa más accesible tener un gato o un perro.
En Argentina, el número de hogares unipersonales (25%) se duplicó en los últimos 30 años, y la cantidad de hogares sin hijos (57%) enrocó con la de hogares con hijos (43%) en la última década