Muchos padres creen que sus hijos pasan demasiadas horas frente a las pantallas e intentan controlar su dieta electrónica para que el comportamiento, a veces, tan incorporado, de revisar las plataformas digitales no se vuelva un hábito que les afecte en el futuro. Ésa fue la intención de la madre de una adolescente, pero su intento de alejarla de las redes sociales no salió exactamente como esperaba.
"Mi hija se la pasaba en su cuarto con el celular casi todo el día", empezó relatando. Para contrarrestar la costumbre y recuperar tiempo con la joven "le regalé un mazo de cartas nuevo. Ahora todas las tardes jugamos al chinchón, truco, chancho, casita robada, escoba, etcétera".
"Sale adicción al celular, entra ludopatía", comentó entre risas utilizando cierta ironía para celebrar el vínculo recreativo que fortaleció con ella mediante los juegos de mesa.
Mi hija adolescente se la pasaba en su cuarto con el celular casi todo el día.
— Lisérgica (@EnParqueFrenesi) July 22, 2025
Le regalé un mazo de cartas nuevo.
Ahora todas las tardes, jugamos al chinchón, truco, chancho, casita robada, escoba, etc.
Sale adicción al celular, entra ludopatía.
"Lo importante no es el juego, es que vos estés ahí para compartirlo", la animó alguien en la sección de comentarios.
Otra usuaria evaluó la alternativa y preguntó si el cambio fue para mejor. "Creo que se les puede proponer actividades que les gusten, pero compartiendo con ellos. Los grandes también estamos encerrados y ensimismados. Los juegos de mesa son un gran invento para despabilarnos y afianzar los vínculos", reflexionó la madre de la adolescente.
También hubo opiniones que la contrariaron. Alguien comentó alarmado: "la estás retrasando. Ellos caminan hacia una era mucho más tecnológica". En este sentido, dio una visión mucho menos frecuente en el debate por estar todo el tiempo conectados. "La que debe aprender sobre tecnología sos vos. De esa forma van a conectar, no al revés", dijo.
Definitivamente, el tiempo que le dedicamos a los contenidos de redes sociales, efímeros y diseñados estratégicamente para entretener en poco tiempo, es una cuestión que aún queda por resolver, aunque también evitando caer en prejuicios tecnofóbicos para poder entender la integridad de un fenómeno cada vez más presente.





