El juez de familia Damián Lullo, quien intervino en el caso de Pablo Ghisoni, el médico que estuvo tres años preso por una denuncia de abuso sexual que luego fue desmentida, aseguró haber sido víctima de hostigamientos por parte del entorno de Karina Vázquez, a quien señaló directamente.
“A partir de que yo empecé a sacar cuestiones que no eran gratas a Karina Vázquez, empieza una serie de hostigamientos hacia mí”, expresó el magistrado, que actualmente enfrenta un juicio político. Según declaró, las presiones comenzaron cuando tomó decisiones judiciales que no favorecían a la denunciante.
Lullo hizo hincapié en el nivel de presión que, según él, existe sobre algunos jueces que intervienen en causas de alta exposición. “Hay un aparato que realmente yo puedo dar fe de que lo viví en carne propia y las presiones que uno sufre tratando de cumplir su función”, aseguró.
También advirtió que en otras instancias del mismo expediente, “al tribunal anterior directamente Barras Bravas esperaban jueces a la salida y los agredían”.
El caso volvió a tener relevancia pública luego de que Tomás Ghisoni, hijo del médico acusado, confesara haber mentido en su testimonio y asegurara que lo hizo inducido por su madre, Andrea Vázquez, quien actualmente está siendo investigada por “falso testimonio agravado” y “asociación ilícita”.
Pese a haber sido absuelto, Ghisoni aún no puede reencontrarse personalmente con su hijo, ya que la Justicia mantiene una medida perimetral en su contra.
El primer contacto entre ambos, tras años de distancia, fue a través de una videollamada televisada, en la que compartieron un emotivo intercambio. Mientras tanto, preocupa la situación del menor que continúa bajo la tutela de la mujer que impulsó la denuncia inicial.
