Hoy se conoció el deceso de Daniel Divinsky, una de las figuras clave de la cultura argentina que participó de la producción de tiras que hoy son exponentes del humor gráfico nacional, como la mítica Mafalda. El editor tenía 83 años y falleció a causa de un problema renal que padecía desde su infancia.
Divinsky era el creador de Ediciones de la Flor, el sello editorial que impulsó las tiras de Quino que fueron publicadas como libro en 1970. "Con Mafalda hacíamos tiradas iniciales de doscientos mil y se vendían", había recordado respecto a los años dorados de la producción gráfica.
La empresa llegó a acumular 600 productos en su catálogo, entre diversos artistas que confiaron en la marca, y su figura quedó asociada a la anticipación de tendencias, ya que fue un editor con visión que llegó a impulsar no sólo a Quino, sino también a autores de la talla de Fontanarrosa, Liniers, Caloi y Maitena.
Desde joven lo había marcado una particular precocidad que luego se reflejarían en su capacidad de adelantarse a los productos culturales. Esto ya se vislumbraba desde los 15 años cuando se inscribió en la Facultad luego de haber rendido exámenes libras para saltarse la escuela. "Un disparate", había calificado en su momento Divinsky.
Aunque había manifestado vocación por el arte, se anotó en Derecho porque su padre le había dicho que estudiando Letras no iba a poder "ganarse la vida". La carrera no le gustaba, pero eso no lo detuvo de incursionar en el mundo de las editoriales con las primeras revistas universitarias.
"Me anoté en derecho, un vaciadero de la gente sin vocación. Al final me sirvió", contó.
Desde ahí, no hubo vuelta atrás. Poco tiempo después, entró a trabajar en una imprenta "muy barata en el barrio de La Boca para corregir las pruebas de galera, que eran larguísimas. Era todo artesanal". En sus palabras, aquellos tiempos fueron "la prehistoria del papel impreso. ¡Yo vi los tipos móviles de plomo de Gutenberg!".
En paralelo, visitaba librerías y se desempeñaba en la abogacía con un amigo suyo que también fue su socio. "No me gustaba en absoluto, así que empecé un curso para graduados en sociología. En eso estaba cuando se produjo un golpe de Estado. Me quedé sin horizonte. En vez de deprimirme, con mi socio se nos ocurrió poner una librería", relató.
Entre idas y vueltas para definir cómo se financiaría el proyecto, fundaron Ediciones de la Flor, en referencia a una expresión muy criolla: ellos querían poner "una flor de editorial". Desde allí, tradujeron cartas de Dylan Thomas y Yoko Ono y fueron escalando hasta conseguir prestigio en el mundo de la gráfica.
Su trayectoria fue ampliamente premiada. Durante su vida, obtuvo el Premio Arnaldo Orfila Reynal en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en 1977, y un Reconocimiento a la Trayectoria del Senado de la Nación Argentina, en 2007, entre otros. También participó del Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Rosario en 2004 y fue miembro del Consejo Directivo de la Cámara Argentina del Libro entre 1988 y 2008, ocupando la vicepresidencia entre 2000 y 2002.
Divinsky ya había comunicado a su familia cómo quería ser despedido al momento de su muerte: quería que sus cenizas fueran esparcidas en el Río de La Plata. En tanto, su círculo cercano informó que no habrá velorio, sino una ceremonia de cremación donde puedan dar un último adiós en un contexto íntimo.
