En la Plaza Azcuénaga ubicada en la intersección de las calles 44 y 20, más de 40 árboles se encuentran en estado de deterioro, afectados por plagas y sin recibir atención municipal. Permanecen allí, estoicos, muriendo de pie entre el abandono y la indiferencia.
Vecinos denuncian que no ha habido acciones concretas por parte del municipio para sanear o rescatar a los ejemplares afectados. La preocupación no es solo ambiental, sino también preventiva, una vez secos, estos árboles representan un riesgo para quienes transitan por la zona.
Todo parece indicar que, cuando finalmente mueran, pasarán los camiones municipales, los cortarán y se repartirán sus restos, sin que nadie se haya detenido a intentar salvarlos.
Desde el barrio, exigen una intervención urgente, antes de que esta pérdida ambiental se torne irreversible.