Todo ocurrió cerca de las 19:30 en una vivienda ubicada en 40 entre 25 y 26, donde la mujer descansaba cuando fue sorprendida por dos ladrones encapuchados que irrumpieron sin darle tiempo a reaccionar.
En este marco, los delincuentes ingresaron a la casa vestidos con camperas negras y pasamontañas y la abordaron con amenazas y violencia. “¡Quedate quieta, dame la plata!”, gritó uno de ellos mientras la tomaba del brazo con fuerza.
La víctima intentó explicar que no tenía dinero y que solo era inquilina, pero los asaltantes no se detuvieron. Le cubrieron el rostro con una campera, la obligaron a subir al primer piso y allí la acostaron boca abajo en una cama, inmovilizándola con cinturones.
Mientras revolvían la casa en busca de objetos de valor, la mujer permanecía atada, sin poder ver ni moverse. Luego de unos minutos , logró liberarse y pedir ayuda desde el balcón. Los vecinos escucharon sus gritos y llamaron a la Policía.
Los ladrones ya habían escapado, llevándose una bicicleta rodado 29, un celular, las llaves de la vivienda y alrededor de 30 mil pesos en efectivo. Dejaron atrás una escena de caos, miedo y desolación.
En estas horas, los investigadores analizan las cámaras de seguridad de la zona para intentar identificar a los responsables y determinar si actuaron con información previa. El hecho dejó a la víctima en estado de shock y al barrio entero en alerta por el nivel de violencia con el que se manejaron los delincuentes.




