Luciano Castro y Griselda Siciliani decidieron desconectarse del ruido mediático y de sus agendas laborales para disfrutar de un fin de semana juntos. Eligieron un destino tranquilo, ideal para relajarse y reconectarse como pareja, dejando de lado los eventos sociales y priorizando la intimidad y el contacto con la naturaleza.
Desde el primer día, las fotos que compartió Siciliani en redes mostraron el espíritu de la escapada. En una de las imágenes, se la ve aún en la cama con vista al mar, en una escena de calma total. Eligieron un lugar alejado del bullicio, donde pudieron disfrutar de los pequeños placeres de la vida, como un desayuno al aire libre o una charla sin interrupciones.
La comida fue protagonista, frutas frescas, panes, infusiones, rabas, jamón crudo, ensaladas y bebidas frías acompañaron el clima relajado del día. Todo servido sobre una mesa rústica, con el Atlántico de fondo. Más que un almuerzo, fue un momento para compartir, charlar y disfrutar sin apuros.

Griselda optó por un look cómodo y abrigado. En una de las postales, se la ve sonriente en la cabaña frente al mar, con la puerta abierta y reposeras listas para disfrutar del paisaje. Todo transmitía relax, libertad y conexión con el presente.
Durante la escapada, la pareja mantuvo un perfil bajo en redes. Compartieron fotos, pero sin declaraciones ni gestos llamativos. Eligieron mostrar su intimidad con naturalidad, lejos de cualquier actuación.
El lugar, Playa Luna Roja, fue el escenario idea, una playa calma, alejada de las grandes ciudades, perfecta para descansar y reconectar. Luciano y Griselda eligieron priorizar el silencio, la naturaleza y el disfrute simple.

Esta escapada muestra que su forma de vivir el amor está lejos de los flashes y los titulares, cerca del mar y de lo esencial.






