Aproximadamente a las 10 de la noche, una casa ubicada cerca de la Unidad Penal N° 8 fue escenario de un robo. Para proteger la identidad de la víctima, no se han proporcionado más detalles sobre la ubicación. La victima se encontraba dándose una ducha, por lo que los delincuentes le arrojaron una campera para que se tape.
Los asaltantes, ambos de aspecto adulto, fueron descritos por la víctima. Uno era de contextura robusta, con un tatuaje visible en la cara, y llevaba una cuchilla con serrucho y una barra de metal. Su cómplice era más delgado y tenía barba. La altura de ninguno de los dos resultó destacable.
Los ladrones exigieron el dinero de la víctima con amenazas cada vez más intensas. Primero preguntaron: "¿Dónde tenés la plata?", y luego escalaron la amenaza a: "Hablá o te vamos a matar", informó El Día.
La víctima sintió en todo momento la amenaza real de los cuchillos y optó por colaborar, ante que las amenazas de los delincuentes que podrían ser cumplidas. Sin embargo, el principal problema fue que ella no tenía lo que ellos buscaban.




