Durante la niñez, el aprendizaje del lenguaje escrito y oral se encuentra en algún momento con la repetición de canciones que no siempre son pedagógicas y, a veces, hasta utilizan palabras fuera de uso en la actualidad. Esto puede hacer que los más chicos no entiendan de qué hablan sus letras e intenten repetirlas a costa de no identificar del todo la formulación de las frases.
El actor Pablo Novak utilizó X para ser sincero al respecto y confesó que, muchas de estas veces, cuando no entendía, inventaba. "Cuando cantaba Aurora de chico decía 'azulunala' todo junto y 'el ala español' por 'el ala es paño'. Mi hermana en lugar de 'oíd mortales' cantaba 'los inmortales, el grito sagrado'", escribió.
Alguien sintió la familiaridad de esta actitud infantil y señaló que escuchó a un nene de tres años de su entorno finalizar el Himno Nacional con la frase: "o juguemos o voy a morir". Un observador de las pronunciaciones, incluso, llegó a señalar que la sociedad se divide entre quienes expresan estos versos finales como si fuera una u otra opción -"coronados de gloria vivamos o juremos con gloria morir"- y quienes lo hacen exclamando: "¡oh, juremos con gloria morir!".
La originalidad de inventar lo que no se entiende hasta llegó a crear personajes nuevos, como el "Cabral, soldado aeróbico", de una Marcha de San Lorenzo en su versión alternativa.
Pero no son las canciones patrias las únicas que se prestan a la confusión por su un estilo de lenguaje descontinuado, las oraciones religiosas fueron otro ámbito de inseguridades.
"Yo fui a un colegio católico y decía 'ruega por nosotros, pescadores' y mi cerebro hacía cortocircuito intentando entender qué tenían que ver los pescadores con todo el asunto divino", sumó otro usuario.
Sin embargo, hubo malentendidos aún más insólitos. Una madre reveló que sus hijos elevaban sus pedidos a la Virgen María de una forma que podría no ser muy aduladora. "Dios te salve, María, llena eres de grasa; el señor escondido", decían.