Un nuevo nombre irrumpió en la escena urbana de La Plata: "Vino The Cat", una firma que en los últimos meses comenzó a aparecer en persianas, muros, columnas y fachadas de viviendas. Su presencia, en letras llamativas y a menudo coloridas, se volvió tan frecuente como controversial.
“Por recomendación de amigos y mi abogado. Para que no adjunten m nombre y mi apellido con el nombre del grafiti, decidí cambiar mi nombre de grafitero. Me mude a la plata y cree la crew Vino The Cat”, expresó.
A pesar de las quejas, de los operativos municipales para tapar las pintadas y de los cruces en redes sociales entre autores y vecinos, "Vino The Cat" no se detiene. La firma aparece cada vez en más lugares, incluso en Buenos Aires, alimentando teorías e interpretaciones.

"A las dos de la mañana estas expuesto a fisuras, chorros que se encuentran dando vueltas, a que los vecinos y a que la policía te agarre y eso me da mucha adrenalina".
Mientras tanto, las calles vuelven a ser el escenario de una discusión sin final, ¿Quién tiene la última palabra sobre el espacio público? ¿El artista, el dueño de la pared o quienes lo transitan?

Por ahora, "Vino The Cat" sigue firmando la ciudad. Silencioso, provocador y omnipresente.




