Después de dos años sin empleo y durmiendo en su auto por las calles de La Plata, Juan, de 67 años, volvió a sonreír. Su historia conmovió a miles de personas cuando fue difundida por Telenoche (eltrece) y en menos de 24 horas, alguien lo llamó para ofrecerle trabajo en una obra en Avellaneda.
Su auto se había transformado en un refugio lleno de recuerdos. A pesar del frío, del rechazo laboral por su edad y de los días difíciles, nunca perdió las ganas de salir adelante.
“Uno siempre desea trabajar. Yo nunca me vine abajo. Los brazos siempre arriba y el corazón siempre adelante”, dijo entre lágrimas.
La historia comenzó hace unos años, cuando Juan quedó viudo y vendió la casa. “Fue lo peor que hice, pero ya está”, lamentó.
En el vehículo tiene varios objetos personales, un pasado que, a través de esas prendas, busca mantener presente. Según contó, cada vez que se acercó a una obra para pedir empleo, le decían “no, porque sos viejo”.

Hoy, luego de meses sin tener empleo, y gracias a la viralización de la historia, Juan comenzó a trabajar en la reforma de un PH. Tras un chequeo médico, se calzó los guantes, tomó un balde y empezó a mezclar cemento para levantar una pared.
Esa noche, la pasó bajo techo y con una nueva rutina por delante. “Donde se abre una puerta, se abren dos, tres o cuatro”, expresó emocionado.
Su historia es una muestra de que un gesto, una oportunidad y una red de solidaridad pueden cambiar una vida.





