La historia de María Laura, una joven abogada platense, está marcada por la fe y la búsqueda desesperada de un futuro laboral.
Lo cierto es que, tras meses de enviar currículums sin obtener respuesta, decidió entrar a la Parroquia de la Rosa Mística de La Plata y rezar, a pesar de no ser católica practicante. “Fue como mi último recurso, no sabía qué más hacer. Le pedí trabajo con todas mis fuerzas”, contó.
En este marco, tras dos semanas de continuar con la búsqueda, recibió el llamado que cambiaría su vida: la convocaron desde un estudio jurídico y logró incorporarse como profesional.
Para ella, no hubo dudas: se trató de un milagro concedido por la Virgen. “Es como la virgen de las chicas, de las girls, como digo yo. Desde ese día me hice devota y le pido y agradezco siempre”, aseguró la abogada.
La promesa cumplida la transformó en una visitante frecuente del santuario: “le pedí trabajo y le prometí que si me lo concedía iba a venir todos los domingos a agradecerle. Y así lo hago, porque sé que fue ella”, expresó.
Es preciso mencionar que, el templo ubicado en 23 y 54, tiene un fuerte simbolismo para los fieles. Su interior conmueve por la serenidad del espacio: escaleras de madera, vitrales que dejan entrar la luz y un altar con la imagen iluminada de la Virgen con el Niño Jesús.
Asimismo, en el patio, la figura de la Rosa Mística se erige como centro de devoción, rodeada de mensajes de fe y gratitud.
Vale recordar que, desde el 2005 la parroquia fue declarada santuario arquidiocesano y se convirtió en lugar de peregrinación para miles de personas que, como María Laura, encuentran allí un espacio espiritual al que recurrir en busca de consuelo y milagros.