El lado oscuro del Bosque platense: rituales, energías y misterios ocultos

Bosque platense guarda historias que desafían el paso del tiempo, un recorrido por sus rincones revela energías misteriosas, árboles que lloran, construcciones olvidadas y monumentos que parecen hablar del pasado
Sociedad 25/08/2025 . Hora: 20:03
El lado oscuro del Bosque platense: rituales, energías y misterios ocultos

El Paseo del Bosque de La Plata es mucho más que un espacio verde. Es un territorio cargado de historia, leyendas y energía que despierta la imaginación de quienes se aventuran a recorrerlo con los sentidos atentos. Entre sus árboles, monumentos y construcciones centenarias, se esconden relatos que mezclan ciencia, tragedia, misterio y memoria, convirtiéndolo en uno de los lugares más enigmáticos de la ciudad.

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Uno de los puntos más emblemáticos es el Observatorio Astronómico, cuya construcción comenzó en 1883 bajo el diseño del arquitecto Pedro Benoit, en un sobrio estilo neorrenacentista alemán. Inaugurado en 1888 y dirigido inicialmente por el francés Francisco Beuf, el observatorio fue clave en el desarrollo científico de Argentina. En 1924, desde sus instalaciones, el astrónomo Johannes Franz Hartmann descubrió un asteroide que hoy lleva su nombre. Sin embargo, no fueron los telescopios ni las estrellas lo que atrajo multitudes a comienzos del siglo XX.

Frente al Observatorio, un eucalipto se volvió protagonista de una leyenda urbana: el “árbol del llanto”. Testigos aseguraban que del árbol caían gotas incluso en días soleados, y algunos afirmaban escuchar sollozos provenientes de sus ramas. Aunque el fenómeno pudo haber tenido una explicación natural, similar al “llanto de las tipas” provocado por insectos, la historia tomó un giro trágico con la aparición de una leyenda, un joven soldado llamado Eduardo Basco se habría ahorcado en el árbol tras una traición amorosa. Desde entonces, se decía, el árbol lloraba su pena.

REINO DE LOS CHOCOLATES

El lugar se convirtió en una especie de santuario pagano, al que acudían curiosos, románticos y buscadores de señales del más allá. Cansado de la cantidad de visitantes que perturbaban la tranquilidad del lugar, el cuidador del Bosque, Santiago Bottaro, decidió cortar las ramas del árbol y terminar con el mito. Pero el aura misteriosa del Bosque no desapareció; simplemente se desplazó hacia otros rincones igual de cargados de historia y energía.

CADENA COOL

En Plaza Uruguay, dentro del mismo paseo, yace enterrada una pileta de natación que fue inaugurada en 1937 como parte de un complejo deportivo. Sin embargo, dificultades técnicas y reclamos vecinales impidieron su uso, y con el tiempo fue cubierta con tierra, quedando sepultada y olvidada. Hoy, ese espacio inactivo despierta la curiosidad de quienes conocen su historia: una construcción que nunca cumplió su propósito, envuelta en un silencio que también parece ocultar algo más profundo.

El antiguo zoológico, hoy convertido en bioparque, alberga otro símbolo curioso: un árbol fosilizado que sostiene el busto del explorador francés Jules Nicolas Crevaux. Esta pieza combina naturaleza petrificada y memoria histórica, como si fuera un altar a la eternidad. En conjunto, estos elementos refuerzan la idea de que el Bosque platense no solo es un lugar para caminar y descansar, sino también un espacio donde lo inexplicable permanece latente, como una energía que sigue viva bajo la superficie.

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