Una leyenda urbana poco conocida se mantiene viva en La Plata. Y es que un conjunto de historias, anécdotas y hasta testimonios en primera persona señalan un punto de la ciudad que pareciera haberse ganado una reputación singular.
Se trata de un centro administrativo que funciona en las calles 20 y 50 donde los empleados se cuentan sucesos paranormales que han avistado o que han escuchado durante sus jornadas laborales y que alimentan todo tipo de creencias.
Allí todavía se recuerda a una empleada del lugar que falleció tras padecer una dura enfermedad, pero, de vez en cuando, sigue visitando las oficinas del edificio. Al menos, así lo relatan quienes debieron cumplir sus horas de trabajo en el edificio, donde les contaron que el segundo piso es el epicentro de los sucesos más raros.
"Hay un montón de ruidos extraños, luces que se prenden y se apagan solas, y a veces, se siente como una presencia" cuentan los empleados. Si las anécdotas son reales o simples relatos para romper con la monotonía del trabajo no se discute lo suficiente, pero lo que sí se discute es la historia de cuando la ex empleada fue vista en el baño del segundo piso.
"Hace muchos años trabajaba ahí una chica que tenía cáncer, se sacó carpeta médica. Al tiempo de que murió, una chica que no sabía que había fallecido fue al baño del segundo piso, entró y la saludó. Entonces baja y dice que no sabía que le habían dado el alta", contó una mujer a la que le llegó este particular mito.
Desde entonces, se cree que su fantasma anda dando vueltas por la zona. "Las apariciones más recurrentes son pasos y sillas moviéndose", advirtió el testimonio y también mencionó que a veces ven o sienten "sombras por todos lados, llantos". Sin embargo, un administrativo consultado por LaPlata1.com cree que se trata de cierta "sugestión".
"Lo único que me pasó fue en una época cuando estaba todo el turno de recargo; en aquel momento me tocaba estar solo en la oficina", recordó Javier Gutiérrez. "Era una noche lluviosa y muy ventosa. Terminando de hacer papelerío escuché cómo se abría la puerta de chapa que daba a la calle, siempre hacia un escándalo cuando la abrías".
En este contexto, se acercó, no vio a nadie y decidió volver a la oficina, pero la atmósfera ya se había enrarecido: "durante la noche, cada vez que me distraía con algo o volvía al escritorio, escuchaba como si alguien viniera caminando arrastrando los pies con muy pocas ganas".
Sin duda, los lugares de trabajo pueden convertirse en escenarios propicios para que florezcan estos mitos y leyendas y animar así un poco las jornadas laborales. Pero también, los imaginarios sociales casi siempre nos vuelven a preguntar por la existencia luego de la muerte y no sólo reflexionar, sino que también tener nuevas anécdotas para seguir contando.





