La fábrica abandonada de la reconocida marca láctea Sancor, ubicada en Camino Belgrano y 517, permanece cerrada desde hace años y se transformó en uno de los escenarios más enigmáticos de La Plata. Aunque su cierre estuvo rodeado de incertidumbre, el episodio que más preguntas genera hasta hoy es el incendio que afectó parte de sus instalaciones.
Es preciso mencionar que, nunca hubo una versión oficial que explicara qué provocó el fuego. Con el correr del tiempo, surgieron distintas teorías: algunos aseguran que se trató de un hecho intencional para cobrar un seguro, mientras que otros sostienen que fue un accidente previo a la quiebra de la empresa.
El deterioro del edificio es visible, el techo se desplomó en varios sectores, gran parte de la estructura está calcinada y en las paredes todavía se aprecian manchas de hollín junto con dibujos humanos hechos con tizas, que suman un condimento inquietante a la visita. En la zona que se incendió, se presume que funcionaban las oficinas de ventas, mientras que en el subsuelo estaban las cámaras de queso.
Con el paso de los años, el predio se transformó en un punto de curiosidad para adolescentes y grupos de amigos que se animan a entrar de noche. Lo hacen con linternas, ya que el lugar permanece en penumbras. Muchos relatan haber escuchado golpes y ruidos extraños que no logran identificar: ¿personas, objetos que caen o algo más?
El mito urbano fue creciendo y hoy la fábrica abandonada comparte con el hospital de Gonnet la fama de ser un espacio elegido para travesuras y expediciones nocturnas. Entre los relatos más repetidos figura una advertencia: “Si entrás de noche, no volvés a dormir más”.
Otra versión indica que, tras el cierre, el terreno pasó a manos de una cadena de supermercados muy reconocida, que lo habría usado durante años como depósito. Sin embargo, nunca hubo confirmación oficial de esa hipótesis.
Así, el misterio alrededor de la vieja planta de Sancor sigue intacto. Entre historias de incendio, versiones de negocios ocultos y rumores de fenómenos paranormales, el lugar se consolidó como uno de los sitios más enigmáticos de La Plata, donde la frontera entre realidad y leyenda se vuelve cada vez más difusa.
