Con largas idas y vueltas, transformaciones y reinauguraciones, el Edificio Tres Facultades, hoy más conocido con el nombre de Sergio Karakachoff, se erige en pleno centro platense con sus nueve pisos elevándose sobre una estructura de hormigón armado y una fachada de estilo brutalista.
El espacio pertenece a la Universidad Nacional de La Plata y está destinado a actividades culturales, académicas y talleres de recreación para estudiantes. Allí, funcionan también los estudios de televisión, radio y editorial de la casa de altos estudios platense.
El lugar puede parecer un simple e inocente edificio más en una zona llena de sedes administrativas, pero hay un mito urbano poco difundido que transforma completamente su identidad arquitectónica.
Y es que el inmueble que se aferra a las raíces del corazón de la capital bonaerense podría haber estado inspirado en planos de un centro de detención europeo que llevaron a levantar en 1969 una construcción con una privilegiada vista en Avenida 7 y Calle 48.
"Según mito, cuando se construyó el actual edificio Karakachoff, las autoridades militares utilizaron los planos de una cárcel francesa. Esto permitió que las galerías tuvieran una visión panóptica para que, desde un punto se pudiera controlar todo lo que ocurría en las aulas", contó el historiador Nicolás Colombo desde su cuenta Misterios de La Plata en Instagram y remató con la pregunta "¿Cárcel o facultad?".
Su mención a la milicia argentina se debe a que las primeras obras fueron iniciadas durante el gobierno de facto del General Juan Carlos Onganía, que presidía la Argentina desde 1966. El entonces rector interventor, Joaquín Rodríguez Saumell, dio la tarea de reconfigurar la Dirección de Obras y Planeamiento de la casa de estudios a los arquitectos Atilio Sacchi y Dussan Federico Duich.
Inicialmente, los planos proyectaban que el edificio ocupe la manzana entera, pero las tareas quedaron inconclusas y su estructura se redujo a una L, rodeando sólo los lados de las calles 6 y 48, sobre los antiguos jardines del Rectorado.?
Las dobles y triples alturas que se le dieron a su espacio central ha permitido desde entonces asociarlo a las torres de vigilancia de las cárceles y fundamentarlo con el duro contexto que atravesaba el país en aquella época. Entre otras denominaciones, se decía que su diseño respondía a un tipo de "arquitectura represiva".
Sin embargo, hoy se convirtió en un espacio de encuentros entre estudiantes y docentes que instalaron una nueva identidad en el lugar, y allí se encuentran algunas de las mejores expresiones de carreras como ciencias económicas, comunicación social y de la educación.