En la cuadra de calle 64 entre 21 y 22, hay una construcción que no pasa desapercibida. Sus paredes vibran con color, sus ventanas despiertan curiosidad y cada rincón parece hablar por sí solo. Es la casa de Luciano Rodríguez, un platense de 41 años que decidió transformar su hogar en una verdadera obra de arte urbano. Así nació La Botica de La Plata, un proyecto tan personal como inspirador.
“El día que me mudé a mi casa dije: ahora voy a tener lo que siempre quise”, cuenta Luciano. Y así fue como comenzó a dar forma a un sueño. Se contactó con Luxor, un reconocido artista muralista y graffitero de la ciudad, y juntos comenzaron a intervenir la vivienda con una propuesta visual única que mezcla lo vintage, lo simbólico y lo surrealista.

Luxor, el artista detrás de los murales, es conocido por abordar en sus obras temáticas sociales y locales, como la lucha feminista, la memoria de las víctimas de la inundación del 2 de abril, y la recuperación simbólica de muros en escuelas públicas. En La Botica, su arte encuentra una nueva dimensión: la de habitarse.
El nombre no es casual: botica remite a esas antiguas farmacias donde se mezclaban remedios con sabiduría popular. Y en este caso, también funciona como una metáfora.
Detrás de este proyecto está un vecino de perfil bajo, pero con una sensibilidad artística notable. Su propuesta no solo embellece la cuadra, sino que también genera un diálogo permanente con quienes se detienen a mirar, sacar una foto o simplemente preguntarse qué historia hay detrás de cada detalle.
“Siempre tuve ganas de tener un mural en mi casa. Al recorrer las calles platenses siempre veía esas casas tan características de La Plata con sus murales, de las cuales guardo fotos en mi carrete”, expresó.
Lejos de ser una intervención comercial o institucional, La Botica de La Plata nació del impulso artístico de su propietario, y representa una forma de entender el arte como parte de la vida cotidiana.




