A principios del siglo XX, La Plata fue testigo de un suceso que conmocionó a la población y dio origen a una de sus leyendas más enigmáticas: la aparición de un cuerpo momificado que parecía brillar por sí mismo, y que pronto fue identificado como el del poeta uruguayo Matías Behety.
Behety nació en Montevideo en 1849 y destacó desde joven por su talento literario. Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde fue compañero de grandes figuras como Miguel Cané, quien lo describió como un joven pálido, delicado y de inteligencia brillante
A pesar de sus promesas, su vida tomó un rumbo trágico: tras la muerte de su amada María Lamberti y el agravamiento de su adicción al alcohol, murió olvidado y en pobreza en 1885 en el Hospital de Melchor Romero
Por entonces, fue enterrado en el cementerio de Tolosa en una tumba sin nombre. Años después, con la inauguración del nuevo cementerio de La Plata, se decidió trasladar todos los cuerpos desde Tolosa hacia la necrópolis, incluyendo algunos no identificados
En ese marco, cuando los trabajadores que abrían un ataúd hallaron un cadáver sorprendentemente conservado, con ropas intactas, cabellos largos, una expresión casi risueña, y,lo más increíble, una apariencia que parecía iluminarse desde dentro
El cadáver fue exhibido en una capilla del nuevo cementerio y, cautivados por su presencia sobrenatural, muchos comenzaron a considerarlo un santo popular.
Durante años, aquella figura fue conocida como la momia de Tolosa, y su familia obtuvo los restos y en 1925 erigió un mausoleo con pirámide y busto en su memoria en el cementerio de La Plata.
