La propietaria de un supermercado ubicado en 72 entre 11 y 12 denunció a la encargada y la cajera por el presunto robo de más de 3 millones de pesos.
Es preciso mencionar que, la mujer notó irregularidades en las facturaciones y movimientos bancarios, lo que la llevó a revisar con mayor atención los ingresos diarios del comercio. Ante las sospechas, decidió analizar las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en el local.
Fue así como descubrió que las empleadas tenían un mecanismo armado para estafar. Según quedó registrado, las trabajadoras ofrecían a los clientes un alias de cuenta bancaria distinto al oficial del supermercado.
De esta manera, el dinero de las compras nunca ingresaba a la caja del negocio, sino que se transfería directamente a cuentas personales vinculadas con las empleadas. La maniobra se habría repetido en numerosas ocasiones y permitió acumular un monto millonario.
Por último, la dueña radicó la denuncia correspondiente y aportó las pruebas que respaldan la acusación, entre ellas las imágenes de las cámaras y los registros de transferencias.
