En viajes al exterior, los argentinos rompieron el récord de consumo de ropa. Gastaron alrededor de 2.196 millones de dólares.
A diferencia de las compras dentro del país que llegaron a 408 millones.
Este aumento se refleja en Avellaneda y Once, espacios donde crece la proporción de ropa importada en los locales mayoristas.
La revelación del dato puso en evidencia la situación de los comerciantes, lo que afecta el equilibrio del negocio textil.
Las marcas internacionales que desembarcaron en la Argentina generan gran preocupación en los fabricantes nacionales.

Esto genera una transformación estructural, empujando a las marcas locales a redefinir las estrategias de producción y competitividad. Aunque a su vez esto provoca que haya una menor cantidad de fabricación de productos.
“Para el fabricante textil hoy la economía no ayuda. La discusión no es importación si o importación no: los fabricantes nacionales deberíamos tener condiciones reales que nos permitan competir” expresaron desde Once.




