La historia de un bar platense llamado BrowBar ubicado en 61 entre 12 y 13 se convirtió en tema de conversación entre vecinos y clientes por su historia cargada de mística.
Es preciso mencionar que, antes de funcionar como cervecería, el espacio supo ser un local de ropa cuyo dueño fue Carlos Karagenzian y en el cual contaba con un altar de la Virgen María. Luego se convirtió en un salón de fiestas y hasta fue un bunker del espacio del PRO.
En este marco, actualmente el altar de la Virgen no se encuentra mas y en su lugar tan solo quedó la pared blanca vacía en el patio trasero de la cervecería.
Según cuentan los empleados, especialmente las mozas que trabajan hasta la madrugada, el lugar esconde secretos. Varias de ellas aseguran que, al momento de cerrar, escucharon ruidos inexplicables, golpes y hasta puertas que se cerraban de golpe sin motivo alguno. El miedo era tal que, en más de una ocasión, terminaban corriendo hacia la vereda para resguardarse.
Lo más llamativo es que en la pared donde antes estaba la imagen hoy no queda nada, solo una superficie blanca y lisa. Sin embargo, vecinos de la cuadra e incluso personas desde la vereda de enfrente relataron que durante la noche puede verse la silueta de la Virgen María “parada” en ese mismo sitio.
Asimismo, algunos testimonios sostienen que la figura aparece apenas unos segundos y luego se desvanece, como si se tratara de un reflejo o una proyección inexplicable. Otros, en cambio, afirman que la imagen permanece por minutos, con un halo luminoso que contrasta con la oscuridad de la cuadra.
A los relatos también se suman versiones aún más inquietantes: vecinos de la cuadra dicen que las cámaras de seguridad habrían captado movimientos de una mujer en las inmediaciones del bar, aunque al revisar las grabaciones no se pudo identificar a nadie en particular.
El misterio crece y las versiones se multiplican, mientras algunos creen que se trata de un fenómeno sobrenatural ligado a la antigua presencia de la Virgen, otros sostienen que no es más que sugestión y casualidad. Lo cierto es que, entre pintas de cerveza y charlas de madrugada, la historia de la “Virgen del bar” ya forma parte del folklore urbano de La Plata.
