Aunque cueste creerlo, a solo 10 kilómetros de la ciudad de La Plata, en pleno territorio bonaerense, existe un rincón de naturaleza que guarda una selva subtropical, un ecosistema típico del norte argentino. Se trata de la Reserva Natural de Punta Lara.
Dicho espacio es poco conocido en profundidad y conserva el último relicto de selva en galería del país por fuera del nordeste. Este fenómeno natural es considerado una rareza ecológica ya que se encuentran árboles como el timbó, helechos gigantes, lianas y especies de aves subtropicales habitan un entorno que, por clima y geografía, parecería imposible.
La explicación está en el efecto “corredor verde” del río Paraná y sus afluentes, que a lo largo de siglos permitieron que especies del norte bajaran y encontraran en esta región condiciones para asentarse. Punta Lara, con su cercanía al Río de la Plata, se convirtió en una especie de isla biológica.
Este ecosistema sobrevive como una reliquia natural, rodeado de urbanización, rutas y barrios. Y, sin embargo, sigue ofreciendo sombra, biodiversidad y un recordatorio vivo de lo que fue el paisaje originario del litoral.
En sus más de 6.000 hectáreas, esta reserva alberga cientos de especies, muchas de ellas en peligro. Desde aves como el cardenal amarillo hasta mamíferos, reptiles y anfibios poco comunes en otras partes de la provincia. Es un verdadero santuario natural que casi nadie conoce, pero que merece ser protegido.
