Este viernes 19 de septiembre, Mario Pergolini sorprendió al público de Otro día perdido al reconocer que está cada vez más cerca de la edad jubilatoria. Con su clásico tono, el conductor tomó como disparador la historia de una modelo de 94 años que continúa trabajando en el mundo de la moda.
El conductor mencionó que se trata de la modelo más longeva del mundo, que incluso posó desnuda a los 91 años. Luego, fiel a su estilo ácido, bromeó: “Por lo general, a esa edad el único que te ve en bolas es el forense”.
De esta manera, abrió el debate sobre qué se espera de la vejez y qué le genera ver a adultos mayores realizando actividades poco habituales para esa etapa de la vida. “A la gente que tiene más de 80 años, se lo pedimos, por favor: no escalen montañas, no corran maratones, no posen desnudos. No saben la presión que tienen los que estamos a punto de ser viejos”.
El conductor contó además una anécdota personal relacionada con los descuentos en el supermercado los días de jubilados, como un recordatorio de que la edad le empieza a pasar factura. “Yo ya estoy en esa etapa en la que voy temprano y miro qué ponen en las bolsas”, ironizó.
Lejos de mostrarse nostálgico, Pergolini sostuvo que conocer historias de personas de la tercera edad buscando nuevas formas de disfrutar esa nueva etapa, le generó un curioso problema: “Ahora yo tengo que pensar si voy a estar bien. Antes pensaba que me iba a rascar los próximos años, pero no, ahora parece que hay que bailar tap, colgarse de cables…”, lanzó.
Entre risas, dejó en claro qué le molesta: “El viejo que baila me molesta. No digo que no lo haga, pero que no baile adelante mío. Siempre tengo miedo de que se rompa una cadera”.
Finalmente, cerró con un pedido directo a los adultos mayores: “Vuelvan a las plazas, manden a comer palomas, hagan lo que hacían los viejos siempre. Basta de ponernos la vara tan alta”.