Manteniendo intacta su sofisticada arquitectura y su espíritu original, el Pasaje Rodrigo reabrió sus puertas el 17 de abril de 2009, luego de más de una década en desuso. Declarado Patrimonio Arquitectónico de la ciudad de La Plata, este edificio emblemático volvió a la vida con una restauración que respetó sus elementos distintivos y que, al mismo tiempo, lo adaptó a los estándares de confort y tecnología del siglo XXI.
El renovado Pasaje Rodrigo ofrece un nuevo escenario comercial en pleno microcentro platense. Alberga más de 35 locales, cafés y un restaurante gourmet que enriquecen la vida cultural y comercial de la ciudad. Cada uno de sus niveles fue nombrado en honor a árboles característicos de La Plata. Tilo, Jacarandá, Plátano y Paraíso, reforzando así el vínculo del edificio con la identidad urbana platense.
Inaugurado originalmente en 1929 por el inmigrante español Basilio Rodrigo, el edificio fue concebido como la primera galería comercial de la ciudad. Su diseño, de líneas elegantes y estilo arquitectónico definido, no solo le otorgó un carácter único sino que también motivó su declaración como patrimonio local. En su estructura original, el edificio contaba con un nivel comercial al nivel de la calle, un nivel de bauleras y dos plantas superiores que albergaban ocho departamentos de lujo.
El proyecto de restauración fue liderado por los arquitectos platenses Gabriel Breccia, Gisela Bustamante y Luis Banini, con los ajustes finales a cargo del estudio Armanini Arquitectura. Una de las tareas más destacadas fue la puesta en valor de los dos impresionantes vitrales franceses traídos al país en 1927, de 4 metros de ancho por 11 metros de largo. La restauración de estas piezas de arte estuvo a cargo de los expertos Ana María Callegaro y Edgardo Borstelmann, en su taller de Tolosa.