Un rincón de Villa Elisa que guarda un patrimonio arquitectónico sin archivos

Se trata de las 17 casonas del barrio San Jorge, construidas en 1906 en el marco de un proyecto que alguna vez fue ambicioso, pero que terminó envuelto en misterio
Sociedad 23/09/2025 . Hora: 18:57
Un rincón de Villa Elisa que guarda un patrimonio arquitectónico sin archivos
Lautaro Escudero
Por Lautaro Escudero
Periodista.

En los alrededores del arroyo Carnaval, en una zona poco transitada de Villa Elisa, se encuentra un conjunto de 17 casonas construidas en 1906 que conforman uno de los patrimonios arquitectónicos más enigmáticos del partido de La Plata. Las viviendas, ubicadas entre las calles 14 y 18, de 33 a 35, y también sobre 9, entre 423 y 424, forman parte del barrio San Jorge, un proyecto urbano que alguna vez fue ambicioso pero que terminó envuelto en misterio, leyendas y escasa documentación.

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Las casonas vistas desde arriba

Las casas fueron diseñadas por el arquitecto León Schellemberg, un profesional de origen alemán que llegó al país con una fuerte influencia del modernismo europeo. Inspirado por el estilo art nouveau, proyectó un barrio con viviendas simétricas, ornamentadas, con techos a dos aguas, puertas de doble hoja, vitrales, molduras elaboradas y jardines amplios que aún conservan árboles centenarios. Según versiones locales, el diseño general habría replicado el estilo de Kiel, el pueblo natal del arquitecto en Alemania, aunque no existen planos originales que lo confirmen.

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Una casa en Kiel, con cierta remembranzas a las de Villa Elisa

El proyecto, según se cree, contemplaba al menos 25 viviendas, aunque hay quienes aseguran que se planificaron muchas más, incluso hasta un centenar. Sin embargo, solo 17 fueron construidas y se mantienen en pie más de un siglo después. A pesar de su singular valor arquitectónico, no hay archivos oficiales que documenten claramente la finalidad del barrio, su diseño original ni los motivos que frenaron su desarrollo.

CADENA COOL

Con el correr de los años, diferentes versiones intentaron explicar el origen y el abandono parcial del proyecto. Una de las más difundidas indica que las viviendas estaban destinadas a familias de clase media alta de Buenos Aires, que buscaban un espacio de descanso en las afueras. Otra hipótesis sostiene que se construirían para alojar a personal jerárquico de una empresa extranjera que nunca llegó a concretar la inversión. Ninguna de estas teorías cuenta con respaldo documental, pero ambas se mantienen vivas en la memoria de vecinos y curiosos.

Una historia que se transmite de generación en generación vincula el abandono del proyecto con una inundación ocurrida en 1908, tan solo dos años después de la construcción de las viviendas. El desborde del arroyo Carnaval habría destruido materiales de construcción acopiados para continuar las obras, provocando su paralización. Aunque no hay registros oficiales sobre ese hecho, el relato ha sido aceptado como una posible explicación del destino inconcluso del barrio.

Otro dato que refuerza el carácter único del conjunto es la procedencia de sus materiales. Muchas de las piezas utilizadas fueron importadas desde Inglaterra. Los cargamentos llegaban por barco al puerto de Buenos Aires y eran trasladados en tren hasta Villa Elisa. Esta logística revela el nivel de inversión y planificación que tuvo el proyecto en sus inicios.

Con el paso de las décadas, las viviendas fueron habitadas, vendidas, modificadas o abandonadas. Algunas familias se han encargado de restaurarlas, respetando su diseño original. Otras, en cambio, se encuentran visiblemente deterioradas por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. En el año 2000, el Concejo Deliberante de La Plata declaró al conjunto como “Área de Preservación Patrimonial”, pero hasta el momento no se han implementado políticas públicas activas de restauración ni se han asignado fondos específicos para su conservación.

Las casonas del barrio San Jorge no son solo un conjunto de viviendas antiguas. Representan una parte valiosa del patrimonio cultural de la ciudad, un testimonio arquitectónico que sobrevive sin archivos, sin certezas y con más preguntas que respuestas. A pesar de la incertidumbre, su presencia sigue imponiéndose en el paisaje.

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