Detrás de cada jugador hay una historia de vida y un recorrido lleno de esfuerzos y superaciones. Es el caso obviamente del protagonista en cuestión, quien en una distendida charla, narró lo que vive con este presente en Gimnasia, más allá de la situación económica y futbolística que atraviesa la institución. Con una frase descarnada, explicó cómo siente su pasión por el fútbol y revivió sus deseos de cuándo era niño.
"Yo siempre intento dejar la vida. Hasta que esté muerto o salga acalambrado. Es como cuando jugaba y era chico", confesó al respecto Manuel Panaro, en una entrevista íntima con el canal de la Universidad Nacional de La Plata. "Juego hasta donde no doy más. Con el corazón y busco dejar todo en cada pelota y partido", describió acerca de sus características, las cuales son reconocidas por el hincha del "Lobo" en cada cotejo.
Esa entrega, según explicó, se da porque es lo que siempre soñó desde que era pequeño, cuando jugaba en su Bolívar natal. "Yo me veía en la cancha, con gente y es lo que estoy viviendo con Gimnasia. Es una locura", reveló. En ese sentido, contó que eso fue lo que percibió la primera vez que jugó en el Bosque, con "fuegos artificiales, bengalas de humo y locos que no paraban de gritar".
Panaro, además, sorprendió al afirmar que pese a su juventud (apenas 22 años), hasta ahora ha vivido más sinsabores que alegrías en su recorrido. "Fueron mucho más los momentos malos que los buenos", expresó, reconociendo igualmente que tiene una carrera por delante. Es que vale recordar, por caso, que el extremo se inició como profesional en Aldosivi pero de allí emigró a un destino exótico como el fútbol qatarí, para jugar en el Al Shahania.
El primo de Ignacio Marimón, con quien comparte la pasión por el club Balonpié, llegó al "Tripero" en calidad de apuesta en agosto del año pasado, junto con Ignacio Zapulla. Hasta el momento, lleva disputados 26 partidos y marcó 1 gol. Entre medio, hasta consolidarse en Primera y convertirse en una pieza importante, debió asentarse en Reserva y y terminar de madurar.