A sus apenas 9 años, Stefano Marconi, del barrio de Tolosa en La Plata, ya es una figura reconocida en el mundo del automovilismo nacional. Diseña autos, es furor en redes sociales como Stefano Cars, ha sido distinguido como personalidad destacada y sueña con llegar a la Fórmula 1, además de convertirse en ingeniero y fabricante de vehículos. Con carisma, talento y una pasión inagotable, se ganó un lugar propio entre grandes del deporte motor.
Su amor por los fierros empezó cuando tenía apenas un año y medio: le pedía a su papá que le leyera revistas de autos y pasaba horas analizándolas. “Ahí nació más que nada mi pasión, ahí me empecé a meter de lleno en el tema de los autos”, recuerda. Su familia también respira automovilismo: sus abuelos son fierreros, y su abuelo materno vivía en Mendoza justo frente al taller donde los hermanos Gálvez guardaban sus autos.
Sus referentes van desde Fangio y Senna hasta Traverso y Cocho López, con quienes incluso compartió experiencias personales. Cocho lo llevó a dar una vuelta en su histórica coupé Fuego, y también ha compartido momentos con Ángel Guerra. Además, asiste con frecuencia al Autódromo Mouras, donde incluso llegó a organizar su propio track day. “Ese día fue tremendo, había unos autos increíbles”, cuenta entusiasmado.
Uno de sus grandes proyectos es el diseño del ST4400, un auto con motor V8 central trasero que aspira a llevar de 400 a 600 caballos de fuerza. “Quiero que el motor esté en el medio para que el auto no se vaya de cola, como pasa con los Mustang”, explica con una claridad sorprendente. La idea es que sea un auto para pista, pero también con posibilidad de circular en ciudad.
Pero no es su único proyecto en marcha, también trabaja en el diseño de una bicicleta especial para Franco Colapinto, junto a la marca Rower. Sigue su carrera de cerca y analiza cada detalle del mundo automotor: desde la estrategia en pista hasta el diseño aerodinámico de Red Bull. “Es un gran piloto, pero no lo puede demostrar porque lo acompaña todo menos el auto”, opina. Su capacidad de análisis es tan notable como su memoria para recordar carreras y circuitos.
El impacto de Stefano traspasó fronteras. En 2023, el intendente de Maranello, Luigi Ceroni, lo invitó a conocer la ciudad sede de Ferrari y lo animó a soñar con estudiar allí. Este año, el gobierno de La Plata envió una carta formal a Ferrari, y la escudería respondió abriendo las puertas para recibirlo. Además, ya recibió invitaciones de Perú, Chile y Uruguay por parte de referentes del automovilismo para asistir a eventos en esos países. “Me emociona que me quieran conocer en tantos lugares por lo que hago con los autos”, dice, aún sorprendido.
Aunque lleva una vida como cualquier niño, va al colegio Santa Lucía, hace taekwondo en el Club San Martín y toma clases de inglés, su rutina está marcada por la pasión. Le encanta matemática y sueña con una materia escolar llamada “Mecánica”. No le interesan ni el celular ni la televisión: en su tiempo libre prefiere estar en el taller, leer (ya lleva más de 1.200 libros) o ver carreras, documentales y series de Fórmula 1. “Lo mío son los autos. Todo lo que miro, leo o hago tiene que ver con eso”, resume.
También tiene un perfil comunicador: participa en programas de radio, entrevista a pilotos y explica temas técnicos con naturalidad. “Siempre fui así, me encanta charlar”, cuenta con una sonrisa, mostrando otro costado de su vocación.
En 2024, fue distinguido como Ciudadano Destacado de La Plata, convirtiéndose en el más joven del mundo en recibir ese reconocimiento, un logro que incluso fue registrado como Récord Guinness.
Stefano no es solo un talento precoz: es la prueba de cómo la pasión, el esfuerzo y el apoyo familiar pueden abrir puertas desde muy temprano. “A todos los chicos y grandes del mundo les quiero decir que siempre persigan sus sueños y no paren hasta cumplirlos. Y que siempre sueñen un poco más”, dice, con la claridad de quien ya encontró su camino.