La Justicia proceso a Héctor Jesús Guerrero, el gendarme que hirió de gravedad al fotógrafo Pablo Grillo en una manifestación frente al Congreso el pasado 12 de marzo. Así lo resolvió la jueza federal María Servini por el delito de abuso de armas violando los protocolos para el uso de este tipo de armas, que lanzan cartuchos de gas lacrimógeno.
Según cuenta el informe que cusa al cabo gendarme, el cartucho fue disparado en línea recta y golpeó a Grillo en la cabeza. Dicho disparo casi lo mata, al punto que sufrió lesiones gravísimas que comprometieron su cerebro.
Según se determinó, el imputado actuó con dolo eventual, es decir, que se representó la posibilidad de causar un daño grave y aceptó ese riesgo al disparar de manera prohibida. El tiro se dio en el marco de una manifestación en reclamo de aumento a las jubilaciones.
“El aquí procesado se representó la posibilidad de producir las lesiones gravísimas, y con su actitud o predisposición psíquica, le resultó indiferente la eventualidad del resultado”, sostiene el texto.
Además, la jueza federal ordenó un embargo sobre los bienes de Guerrero por 203.000.000 de pesos, dispuso que se presente periódicamente ante la autoridad policial y continúe con la prohibición de salida del país, pero rechazó la prisión preventiva.
El arma que utilizó el imputado era una pistola lanza gases marca FM, serie 00660, en forma horizontal y antirreglamentaria desde la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís, en dirección a los manifestantes.
Un cartucho calibre 38 mm fue directo a la cabeza de Grillo, quien se encontraba agachado tomando fotografías, a unos 47 metros de la línea de las fuerzas de seguridad.
Posteriormente, a Héctor Guerrero fue identificado como autor del disparo tras analizar las imágenes de lo ocurrido en materiales aportados por organismos de derechos humanos, medios de prensa y la Gendarmería.




