La Junta Electoral rechazó este jueves el pedido de La Libertad Avanza (LLA) para reimprimir la Boleta Única Papel (BUP) en la provincia de Buenos Aires, tras la renuncia de José Luis Espert a su candidatura como diputado nacional. El espacio libertario había solicitado modificar el diseño para eliminar su imagen, pero la Junta resolvió que la boleta ya oficializada mantendrá plena validez y será utilizada en las elecciones generales del próximo 26 de octubre.
De esta manera, la cara de Espert, a pesar de haber sido apartado de la campaña en medio del escándalo por sus vínculos con Fred Machado, preso por narcotráfico, aparecerá encabezando la boleta que los bonaerenses encontrarán en el cuarto oscuro.
El fallo de 26 páginas, firmado por el juez federal Alejo Ramos Padilla, la presidenta de la Suprema Corte bonaerense Hilda Kogan y el titular de la Cámara Federal de La Plata Jorge Di Lorenzo, fundamenta que la reimpresión era "material, temporal y jurídicamente inviable". La resolución fue adoptada luego de escuchar este jueves por la mañana a las distintas fuerzas políticas participantes de los comicios, que en su mayoría se opusieron al pedido libertario.
La Junta también dispuso que el Correo Argentino y el Ministerio del Interior continúen con el cronograma de distribución del material electoral, sin cambios ni demoras, y notificó a todos los partidos políticos sobre su decisión.
Además, este miércoles, Ramos Padilla había determinado que la candidata Karen Reichardt, segunda en la lista, pase a encabezarla, contrariando la intención del oficialismo nacional de colocar en ese lugar a Diego Santilli. Esta medida fue apelada por LLA, y será la Cámara Nacional Electoral quien defina finalmente el orden.
Desde el entorno de La Libertad Avanza confirmaron que analizan apelar el fallo ante la Cámara Nacional Electoral, con la expectativa de lograr que se habilite una nueva tirada de boletas. Sin embargo, la decisión de la Junta marca un límite temporal clave: el material ya fue impreso, controlado y comenzó a distribuirse, lo que complica cualquier posibilidad de cambio a menos de tres semanas de la elección.