El platense que casi huye con Robledo Puch en la famosa fuga de la cárcel de Olmos

Se trata de Rodolfo Alberto Sica, quien le propuso al “Ángel de la Muerte” darse a la fuga durante un festejo en el penal. Cayó abatido antes de tocar la libertad pero quedó en el recuerdo del penal
Sociedad 11/10/2025 . Hora: 15:28
El platense que casi huye con Robledo Puch en la famosa fuga de la cárcel de Olmos

El “Ángel de la Muerte” y su compañero de celda, Rodolfo Alberto Sica, planearon una de las fugas más recordadas del penal de Olmos y terminó en una ráfaga. Robledo logró escapar, pero Sica, condenado por homicidio oriundo de La Plata no corrió igual suerte y cayó abatido antes de cumplir su cometido.

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Todo comenzó durante una mañana de neblina el  7 de julio de 1973, en un pabellón del penitenciario de La Plata, cuando Rodolfo Alberto Sica, le propuso a su compañero de celda, realizar una fuga. Este no era nadie más que el asesino más temido del país, Carlos Eduardo Robledo Puch.

Según los informes policiales de la época, aquella jornada se realizaba una celebración dentro del penal. Pero Puch y Sica no participaron del festejo: fingieron dolencias para esquivar la reunión.

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El “Ángel de la Muerte” simuló un ataque de asma, y Sica una descompostura. Ambos fueron trasladados a la enfermería, donde pasarían el día y prepararían el escape.

En la madrugada del 8 de julio, cuando la guardia relajó su vigilancia, los dos salieron con un par de sábanas anudadas y un gancho en el extremo. Aprovechando la niebla y el silencio, cruzaron el patio y alcanzaron el primer alambrado con púas sin ser detectados.

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El plan parecía funcionar. Escalaron con cuidado, evitando la luz de las garitas. Pero cuando estaban a punto de sortear el muro, fueron alcanzados por un reflector y un guardia los descubrió.

Una ráfaga de ametralladora terminó con el sueño de libertad de Sica, el platense que había propuesto escapar junto al criminal más famoso del país, mientras que Robledo Puch cayó hacia afuera.

Todos los titulares anunciaban el escape del asesino con cara de niño. Robledo corrió por las calles frías de La Plata durante diez cuadras. Embarrado y sin dinero, detuvo un colectivo de la línea 518 y lo convenció para que lo llevaran a la estación: “Me acaban de robar, por favor. No me dejaron ni una moneda”. El conductor, conmovido por su apariencia y su historia, lo llevó hasta 1 y 43.

Desde allí, el fugitivo viajó hasta Plaza Once y luego siguió en colectivo hasta Puente Saavedra, donde permaneció escondido dos días. Finalmente, el 10 de julio fue recapturado por la Brigada de Institutos Correccionales y devuelto al penal de La Plata.

Rodolfo Alberto Sica, en cambio, quedó en el olvido. Más de Cincuenta años después, su historia vuelve a ser recordada. Mientras Robledo Puch cumple su condena en prisión.

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