No bien se consumó la derrota frente a Central, la sexta en las últimas ocho presentaciones, varios dirigentes albiazules entendieron que era el momento de cortar el ciclo del actual cuerpo técnico pero una vez más el entrenador dejó en claro que no tiene intenciones de marcharse de su cargo.
De hecho Orfila en el contacto que mantuvo con la prensa afirmó: " El equipo responde" en una frase que sorprendió a todos en el salón de conferencia del bosque. Sin embargo según pudo saber LAPLATA1.com hace rato que la relación en Estancia Chica entre el entrenador y varios jugadores dejó de ser la ideal.
El primer quiebre fue la decisión unilateral de Orfila, tras la salida de Leonardo Morales, de entregarle la cinta de capitán a Gastón Suso en detrimento de Pablo De Blasis (aún estaba en el plantel), Lucas Castro, Nelson Insfrán o Juan Pintado. De hecho esa medida provocó una reunión entre algunos referentes albiazules que le dejaron en claro su descontento al entrenador por la medida adoptada y resquebrajó el trato cotidiano con el ex Platense y Arsenal.
Otra situación que generó malestar entre los jugadores fueron los continuos cambios que dispuso el entrenador desde que asumió en Gimnasia dentro del equipo. El caso más emblemático fue el de Castro, titular a lo largo de toda la pretemporada, y a días de iniciar la competencia oficial fue excluido del XI por Alan Sosa que a la tercera ya perdió su lugar. En ese sentido la relación con el experimentado mediocampista está rota y hace rato que no hay diálogo entre las partes.
También fue llamativo la postura que tomó Orfila con los volantes centrales: pese a las criticas mantuvo inamovible durante varias jornadas a la dupla Garayalde-Seoane quienes en la previa a Sarmiento perdieron su lugar y frente a Talleres ni siquiera se concentraron.
De acuerdo a lo que le adelantaron a este portal varios dirigentes entienden que el ciclo está agotado, que debió cortarse luego de la derrota frente a Riestra y que las cuatro jornadas que restan debería ser comandado por Fernando Zaniratto. Sin embargo no hay consenso ni convicción para ponerle punto final a Orfila principalmente porque su elección nació a partir de una sugerencia de Claudio Tapia y varios integrantes de la conducción de Mariano Cowen creen que echarlo sería ponerse en contra de la AFA en un momento deportivo muy complicado para Gimnasia en donde se está jugando la permanencia en primera división.
Está claro que el límite será el partido del domingo con Estudiantes teniendo en cuenta que un mal resultado en el clásico lo sacará automáticamente de su cargo y provocará que la recta final del Clausura lo afronte con un entrenador interino que reúne aceptación en gran parte de los jugadores de Gimnasia a los cuales dirigió a principios de año luego de la salida de Marcelo Méndez.