En medio de las habituales controversias que suelen rodearla, Wanda Nara eligió celebrar un Día de la Madre especial, priorizando la calma, el amor familiar y la intimidad por encima del ruido mediático. Lejos de las celebraciones ostentosas y los titulares, la empresaria organizó un almuerzo en su hogar, acompañada de sus seres queridos más cercanos: sus hijos, su hermana Zaira, sus sobrinos, sus padres Nora Colosimo y Andrés Nara, y su pareja actual, Martín Migueles.
Consciente de la importancia de la fecha, Wanda apostó a un encuentro cuidado y con fuerte identidad familiar, que homenajeó sus raíces italianas. Para ello, convocó a Donato De Santis, reconocido chef y compañero en MasterChef Celebrity (Telefe), quien diseñó un menú exclusivo para la ocasión, bajo el lema “Mamma mia che pasta! Pasta & emozione & amore” (“¡Madre mía, qué pasta! Pasta, emoción y amor”), reflejando la pasión por la cocina y el disfrute en compañía.
La ambientación de la mesa estuvo cuidadosamente pensada para transportar a Italia: individuales de fibras naturales, platos en tonos tierra, servilletas a cuadros rojos y blancos personalizadas con los nombres de cada invitado, y un tomate fresco sobre cada servilleta como homenaje al producto estrella del menú. El centro de mesa combinó flores rojas, latas de tomate decorativas y tarros de pasta seca, evocando las grandes comidas familiares italianas.
El menú incluyó tres pasos: antipasti, pasta con diversas salsas y un tronchetto de brownie para el postre. Entre los momentos destacados, Donato sirvió ravioles bañados en salsa de tomate y queso, y presentó los spaghetti servidos calientes directamente desde una rueda gigante de parmesano, una técnica típica de la alta gastronomía italiana. Wanda compartió su agradecimiento por la dedicación y el toque de excelencia del chef, que hizo de la celebración algo único y especial.
La jornada comenzó con un desayuno en la cama preparado por sus hijas menores y Martín, que incluyó una torta con la palabra “mamá”, un ramo de flores y una caja de sorpresas. La empresaria compartió su emoción y el significado profundo de la fecha, demostrando que los pequeños detalles fueron el hilo conductor de un Día de la Madre lleno de calidez.
Así, Wanda Nara disfrutó de una celebración familiar auténtica, donde la cocina, el afecto y la tranquilidad tomaron protagonismo. Alejada de las tensiones y la exposición mediática, reafirmó con imágenes y palabras que el verdadero lujo está en compartir la mesa con quienes se ama, en un reencuentro que valoró las raíces, el cariño y la nostalgia.
